viernes, 30 de noviembre de 2012

Ver la nieve caer, ver el tiempo correr...

La rutina se nos come. Cuando empezamos algo nuevo todo son nervios y sorpresas. Pero al cabo de un tiempo todo se convierte en rutina. En esa rutina de la que tanto nos quejamos y realmente, de la que no seriamos nada sin ella. Noviembre cabalga a su final. Frio, lluvioso, "nubloso". Se acerca el ultimo mes del año, en el que vamos de fiesta en fiesta, de celebracion en celebracion, de abrazo en abrazo y de casa en casa. Donde tiramos (todo lo que podemos) la casa por la ventana, para demostrarles a los que queremos cuanto lo hacemos con regalos que tienen que servir para todo el año (que estamos en crisis y hasta el año siguiente no hay mas). Donde nos regalamos uno de los placeres más comunes, la buena comida, y donde desayunar a las 12 unos langostinos de la noche anterior no es tan raro. Ni tan malo.

Cuando el que se ha ido vuelve a casa. Donde volver al pueblo a disfrutar, una fiesta. O una detras de otra, según se mire. Diciembre, las primeras nieves. Eso es lo que se nos avecina. Y Noviembre, los primeros frios que se nos escapan entre pilas de apuntes y montones de examenes. Porque si, diciembre vuelve a ser el mes en el que encerrarse en la 'zulo-habitacion' es el mejor plan. Y si no es el mejor plan es el correcto. Eso si, mi puente, mi Nochebuena-Navidad y mi Nochevieja-Año Nuevo...esas no las perdono yo, que son para estar con ellos, con los que quieres.



Asi llega diciembre, dispuesto a regalarnos, sobre todo, momentos. Pero momentos de los buenos, de los que se quedan en el recuerdo de los que gustan.

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