jueves, 12 de julio de 2012

Así muere la libertad, con un estruendoso aplauso...



Estoy leyendo una obra maestra de la literatura más reciente y de nuestra historia más cercana; 'La caída de los Gigantes' de Ken Follet. Según la sinopsis," poco a poco estos personajes irán encontrándose a medida que la inmensa maquinaria creada por Follet avance, tan deprisa y violenta como el principio del siglo XX en el que se ven inmersos.  En los siguientes volúmenes de la trilogía (THE CENTURY) , Follet seguirá con las mismas familias, creando un gran texto generacional con el que escribir y retratar uno de los siglos más terribles y maravillosos de la historia de la humanidad"


Sin duda es un libro muy recomendable, personajes ficticios se mezclan con reales para llevarte, a través de sus ojos, de sus aventuras y de sus fracasos y éxitos, a un mundo que quizá vemos muy lejano pero no lo fue tanto. A un mundo en el que millones de personas se vieron arrastrados a una guerra por el simple hecho de que sus gobernantes lo decidieron, por alianzas ridículas con otros países a los que poco les importaba la gente de a pie, los trabajadores, sus habitantes, su pueblo, si no que se movían por poder decir que eran ' el mayor imperio' o 'la más grande potencia europea'.

Es un tiempo quizá no tan lejano (ni siquiera hace 100 años) en el que la mayor parte de la población no tenía derecho a elegir a esas personas que los llevaban al pozo, al final del mundo que habían conocido. Un tiempo en el que las mujeres no podían hablar, no podían decidir, no se podían mover. Un tiempo en el que un trabajador menos no era importante siempre que el 'explotador' sacase sus beneficios y en el que los condes y duques tenían un peso importante en la sociedad y hacían pequeñas obras de caridad para evitar remordimientos de conciencia por ver la miseria que les rodeaba y compraban a las criadas, a las que les prometían amor infinito, cuando se quedaban embarazadas por su silencio y así poder salvar su imagen.

Leyéndolo ves lo duro que fue conseguir lo que tenemos, nuestro codiciado 'Estado del bienestar', nuestros derechos y nuestras obligaciones, nuestros reconocimientos como personas iguales. Leyéndolo no es difícil preguntarse que harías en su posición; si lucharías por lo que crees hasta el final, sin fallar, sin flaquear, o lucharías para salvar tu vida; perdiendo por el camino todo lo que eres y arrepintiéndote después hasta el final de tus días.


Y en este tomo (pues tiene 1017 páginas y no es una lectura de metro o autobús) solo se narra el principio de este siglo, la I Guerra Mundial. Después vino la II Guerra Mundial, con todo su horror acumulándose al de la primera, donde los errores se volvieron a cometer y donde Alemania volvió a hundirse en sus miserias, para salir, una vez mas, fuerte y herida. Y es que si como dijo Gary Lineke, 'el futbol es un deporte que inventaron los ingleses, en el que juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania'; parece que en otros aspectos, como te enseñan los libros de historia, Alemania es la que siempre pierde.

Y es que de los errores no se aprende. Si no díganme ustedes la situación actual, los telediarios de cada día, la radio, los periódicos, o no tan lejos, si no a su alrededor, en su ciudad o en su pueblo...¿Quienes son ahora los 'condes y duques'?¿Hemos aprendido de nuestros errores pasados? Y es que a más de uno le vendría bien leerse este libro, porque, por si no lo saben, cuando se topan con trabajadores que no tienen nada que perder, es cuando ellos los tienen todo perdido.







2 comentarios:

  1. No podría estar más de acuerdo... Y así nos va

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    1. Sin darnos cuenta nos estan arrastrando al fin de lo que hemos conocido,como a los pobres potagonistas del libro. Y sin remedio...):

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